Istanbul, martes 29 de diciembre del 2009
Amanecía y yo desperté cuando el tren aún traqueteaba. Miré por la ventana y parecía que habíamos llegado, bueno el tren seguía corriendo pero ya estábamos en Istanbul. Ante nosotros se desplegaba “la ciudad”, en la que nos íbamos adentrando poco a poco. Ibamos pasando estaciones, barriadas enteras, y ya después de un rato vimos una primera muralla ¿cual sería esa? Al poco cruzamos otros muros y por la otra ventana la que teníamos a la derecha estaba el mar de Mármara. Estábamos apunto de llegar! Saqué la cabeza por la ventana para respirar un poquito de Turquía. Íbamos a llegar a la punta del cuerno de oro que era nuestro objetivo, el límite de Europa. Donde acaba un mundo y empieza otro.
Recuerdos
"Por fin, aquí en el cuerno de oro, tantos años después de haberlo planeado y tantas y tantas veces que he imaginado esta ciudad. Todos los libros de Loti, Flandin y Chateaubriand se quedaban cortos. Esta es realmente como dijo Napoleón, la capital del mundo."
Crónicas Nuxxianas III, "Le grand voyage"
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