
“Esta ciudad es maravillosa. Hay tantas cosas que me sorprenden aún en este mundo, que querrá decir que no se nada! […] En fin, estoy aquí, de nuevo dando vueltas. Creo que me he resfriado un poco pero quizás sea por la falta de sueño, o mejor dicho, el exceso! Bueno de todas maneras Lisboa es una ciudad como Dios manda, si señor! Nada de tráficos infernales, metro en su justa medida, autobuses ordenados, tramvias y un centro histórico que parece anclado desde hace 100 años. Me encantan las casas con fachadas de azulejos, las hay de muchos colores y también con dibujos raros y extrañas cenefas. […] Por último y para descansar, me he dado un baño en casa de Nidia algo que no hacia desde mi visita a Atenas en casa de Rania o antes aún en Trieste. Y bien, es que cada vez que veo una bañera en condiciones no puedo resistirme en darme un baño con agua caliente.”
Crónicas Nuxxianas II, “Las huídas y las búsquedas”
No hay comentarios:
Publicar un comentario