viernes, 8 de octubre de 2010

Frontera entre Serbia y Macedonia, domingo 4 de abril del 2010 - Tres extraños en un tren




Mi amigo Nacho siempre había querido ser un policía de fronteras para descubrir grandes casos de tráfico y corrupción internacionales, pero tal y como íbamos pasando frontera tras frontera se desesperanzaba ya que lo único que tenía que hacer era ser antipático y pedir pasaportes. Pero tiempo después en mi segundo viaje a Serbia, recuerdo como un amanecer en la frontera con la República de Macedonia, en la que sucedió algo extraño.


Había viajado ya varios días sólo desde Croacia, hasta Serbia cruzando Bosnia Herzegovina y por una vez no tuve que compartir compartimento de tren así que dormí durante toda la noche al salir de Belgrado. Iban pasando policías varios, miembros de cuerpos especiales y revisores del tren y siempre después de mi compartimento seguían hacia la izquierda, donde por lo visto había unos pasajeros que les costaba entender. El oficial siempre empezaba expresándose en serbio, pero al ver que no entendía cambiaba con más o menos precisión y soltura al inglés. Pero mis vecinos en el tren tampoco se aclaraban así porque tal y como recuerdo había muchísimas preguntas por el policía o revisor que quedaban sin responder. En una conversación cruzada que me pareció oír creí que eran Belgas, quizás algún matrimonio mayor que no haya aprendido idiomas (lo cual es raro y más si viaja por Serbia). Llegados al punto de salir del país el policía de frontera y el inspector de aduanas tuvieron los mismos problemas que todos sus predecesores con mis vecinos estos no entendían nada y se enzarzaban en varias preguntas cada vez más altas sin respuestas como si fuese un interrogatorio. Yo tenía mucha sed, había olvidado comprar agua en Belgrado y pregunté al oficial de la aduana si había bar en el tren, el hombre que hablaba francés bastante bien me respondió que si pero que esperara a que se pusiera en marcha. Bueno pues la abandonó el tren a la vez que hablando por el walkie-talkie que llevaba señalaban con la mano hacia el compartimento de mi lado. Se metieron todos en la garita y yo salí a estirar las piernas al pasillo. Entonces descubrí a mis extraños vecinos de viaje. Uno de ellos (eran tres), estaba de pie en el pasillo mirando hacía la garita y el pasillo del tren mientras los otros dos estaban vaciando con una prisa inimaginable unas bolsas de deporte para meter su contenido, que a su vez iba en bolsas de plástico, en otras bolsas y cestos. Yo les miré con cara rara y el primero de ellos con su nariz aguileña y mirada penetrante me hizo entender que no tenía nada que hacer ahí. Yo algo intimidado miré hacia el exterior y entonces cuando hubieron acabado y no hubo nadie en el andén saltaron de tren y se fueron corriendo por el andén hasta pasar por detrás de la aduana y perderse en un campo de arbustos y matojos. Ahí llegaron mis dudas sobre quienes eran y que hacían esos tres tipejos en el tren, no creo que hubiesen ido al baño los tres juntos y menos teniendo en el vagón, quizás llevaban algo ilegal que iban a esconder y volverían por la noche a buscarlo, de ahí su falta de colaboración con la policía y el aduanero. Pero porque habían dejado esas grandes bolsas de deporte y se habían llevado su "carga" en unas bolsas de plástico? esperaba que volviesen de lo contrario me empezaría a mosquear un poco. Pasados varios minutos llegó el primer policía que había pasado preguntando por los pasaportes y entró sin preguntar el el compartimento vecino. Se asombró al ver que no había nadie y me preguntó donde habían ido (aunque hablaba en serbio puedo entenderlo porque señaló hacia el camarote vacío y después levantó los tres dedos centrales de su mano), le dije que no sabía que se habían ido y saqué la mano por la ventana y señalé hacía el campo que había detrás de la caseta de la policía. Entonces el hombre se mostró algo más que inquieto, y miró el interior de la bolsa, me preguntó si era mía y le contesté negativamente. Entonces llamó por walkie-talkie a algún compañero suyo que apareció en seguida le dio unas instrucciones y este salió corriendo hacia las hierbas altas donde yo había señalado a la vez que desenfundaba su arma. El policía cogió la bolsa de deporte se bajó con ella del tren y dio ordenes al jefe de estación para que el tren reanudara la marcha.



Recuerdos

2 comentarios:

  1. ¿Y ya no pasa más nah? ¡¡¡Va tíooooooo, sigue la historia que lo tienes a huevo!!!

    ResponderEliminar
  2. Lo que no se me lo invento, asi que Imaginacion al poder jejeje!! Paqui Yin Yang

    ResponderEliminar